jueves, 1 de agosto de 2019

Titiritero continua con la tradición familiar en Guerrero.

A pesar de que el primer títere hecho en México fue por la cultura Olmeca en el año 1300 a.C., en la actualidad, estos siguen siendo parte de la cultura popular, pero sin tanto interés por parte de los niños para jugar con ellos.

Aunque estos muñecos articulados se pueden encontrar en gran parte del país, en Guerrero, solo existe una familia que fabrica títeres, esto luego de que se convirtiera en un oficio familiar que lleva más de 50 años.

Guillermo Ortega Delgado, es un joven de 27 años, oriundo de Acapulco, y estudiante de la licenciatura de Ciencias Ambientales, pero Titiritero de Profesión, luego de que entregara su vida a este oficio desde los 7 años.

Dentro de la Familia Ortega Delgado el realizar títeres ha sido una manera de sobrevivir a la pobreza que los embarga, pese a eso, este oficio les ha dado una de las mejores lecciones de vida… El sentirse orgullosos de sus raíces. 

La señora Petra junto con su esposo, por cosas del destino llegaron al Kilometro 30, una comunidad que se encuentra a una hora de Acapulco, dejando atrás Tlaxcala, lugar que se ha convertido en la capital mundial de los títeres, siendo los primeros y hasta la fecha los únicos en realizar estos muñecos en el estado de Guerrero.

Aunque comenzaron realizando títeres de pasta, poco tiempo después evolucionaron al yeso, a pesar de esto, los muñecos seguían siendo frágiles, por lo que se rompían rapidamente, actualmente son de tela o como ellos los llaman cachetones, consisten en trazos de tela rellenos de aserrin, cosidos y pintados a mano, lo cual hace que su trabajo sea cien por ciento artesanal , ademas de que este procedimiento los hace mas duraderos y ayudan al medio ambiente.

Para la fabricación de un títere, Guillermo se tarda aproximadamente un día, ya que este tiene que pasar por un proceso de costura, llenado embarrado, pintado, decorado, armado, para finalizarlo con una cruceta (dos pedazos de madera que forman una cruz, con la cual podrán mover el títere).

Queriendo seguir con la temática de sus raíces, Guillermo se ha enfocado en llevar hasta los títeres las tradiciones mexicanas, donde destacan principalmente las Guerrerense, por lo que dentro de su colección se encuentran: El tlacololero, el diablo de Azoyú, el porrazo del tigre (una calaca con mascara de jaguar), así como también, el danzante Guerrero Azteca, la muerte/ catrinas, la china poblana, el charro, mujeres y hombres, el venado de Sinaloa, el viejito michoacano, diablitos rojos, entre otros.

Cada una de estas piezas cuesta al rededor de 7 dólares, y son vendidas en la Costera del puerto, aunque también trata de que sus obras de arte lleguen a más hogares, por lo que estás son revendidas en diferentes puntos de la república como lo son Cancún, Los Cabos San Lucas y Zihuatanejo, ya que este era un sueño que tenía su padre.

Sus títeres han llamado tanto la atención que uno de sus muñecos, se encuentra en Francia, luego de que el ex presidente Nicolas Sarkozy se llevara un Diablo de Azoyú. 

Guillermo pretende seguir con el oficio familiar, por lo que considera que no descansará hasta llegar más lejos con sus títeres, por lo que han intentado innovar los títeres, convirtiéndolos en muñecos de trapos, esto con ayuda de una de sus hermanas, que siguiendo la línea tradicional, han fabricado “Fridas Khalo” y sirenas costeñas, las cuales han traspasado frontera, al llegar a Canadá y Estados Unidos. 

Aunque la tecnología va avanzando cada vez más Rápido, Ortega Delgado, asegura que un títere te lleva a jugar y divertirte, además de que despierta la imaginación, por lo que no existe tecnología que pueda sacar a los títeres, ya que estos van a estar más adelante de la tecnología.

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